Al ras del adiós
Supongo que al final todo tiene un punto y final. Se
disfruta todo lo que se puede hasta que desgraciadamente llega un tope. Y ahí
es donde voy a quedar yo. Supongo que era demasiado bonito para ser cierto. Para
ser contado. Sus besos, sus caricias, sus abrazos, sus dulces palabras… Todo se
va a acabar. Y tiene sus razones. Y aunque me va a doler, tendrá que ser así
aunque no me guste. Todo se terminará. Mi corazón volverá a romperse y ya nada
volverá a ser igual. Roni, te quiero mucho, pero es cierto que no hemos estado
pasando por el mejor momento. A pesar de todo, la seguiré apoyando porque la
quiero y espero poder seguir con ella, sino es como novia, al menos como amiga.
Supongo que me quedaba demasiado grande. Pero no miento si os digo que estoy
triste. Triste de que se termine, porque siempre es duro el haber estado con
una persona y tener que romper. No es fácil, pero lo nuestro ha tenido varias
turbulencias. Si hubiera algo que yo pudiese hacer, algo para sufragar el amor
que teníamos, si levantara cabeza y me enfrentara a la realidad, si tuviera dos
pares de narices y me pusiese de rodillas y declarara mi amor o si pudiera
cantarla la canción más hermosa del mundo que la hiciese cambiar de opinión. Y
eso no es todo. Además es que la próxima semana vamos a estar de excursión y sé
que no va a ser fácil. Ya hubo días en los que ella ya no me miraba igual. Y
era porque estaba en esa fase. En la fase de pensar, de tomar decisiones, duras
decisiones. Y yo, con un lío de cabeza, llena de pensamientos negativos y
dolores de cabeza. Y esto no marcha. Desgraciadamente. Me hubiera gustado que
lo hubiese hecho, porque ha sido una bonita historia que tendrá un mal final,
como todo. Dicen que siempre acaba triunfando el amor,
pero a la hora de la verdad no nos cuenta el que pasó después cuando la
princesa se fue a vivir junto al príncipe. Me encantaría seguir con ella,
abrirla un poco los ojos, pero tampoco es plan de presionar. Eso no va a ayudar
en nada. Si es que no, pues me tocará aguantarme y respetar su decisión. Y
sufrir. Aunque más de lo que he sufrido estos días, no será. O sí. Puede que
acabe hundiendo la casa. No sé. Siempre pensé que podría sostener una relación
durante varios meses, pero he visto que me equivocaba. Quizás no estoy
preparada. Quizás no debió ser. ¡Qué narices! Si ha pasado, es porque tenía que
ser así. Y aunque duela, pues bueno, que se le va a hacer, quedó como una
experiencia, quedó como una bonita de historia de amor que tuvo un fin
desastroso. Estoy suponiendo algunas cosas, pero ya a estas alturas no estoy
muy lejos de esa tortuosa realidad. Supongo que lo bueno se hace corto, ahora
solo me espera el dolor, las lágrimas, el helado de chocolate y las películas
románticas y sensibleras. Solo espero que podamos seguir siendo amigas, porque
como amigas éramos grandes, y bueno, no me queda mucho más por decir… Que estoy
sufriendo, pero que tengo que seguir adelante, como todo. No va a ser todo tan
fácil en esta vida. Poco a poco (espero) restablecerme y volver a ser como era.
De todos modos, siempre recordaré una frase que me dará ánimos para seguir:
“No llores porque haya terminado.
Sonríe porque ha sucedido”
Siento esta entrada tan triste, pero escribir es una de las únicas
vías para mostrar el dolor que siento.
Ay! Princesa,como lo siento...
ResponderEliminarLa vida es muy dura...nos trae a veces buenos momentos y a veces malos...
Los buenos no duran mucho se esfuman rápido...en cuanto a los malos duran y duele recordarlos...¡Es injusto! Pero recuerda la vida nos guarda muchas sorpresas...Un largo camino hay que seguir, da igual los monstruos o dificultades que nos entretengan podemos luchar contra ellos con una sonrisa...y seguir adelante...eres especial Sary, no merece la pena que sufras, corazón...sigue adelante ¡que tu puedes!
Cuidate...
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Alexa