Hola Blogger@s. Estos días estoy muy atareada con los
exámenes. He aprovechado para hacer esta pequeña reflexión
MIRADME
Miradme, quién me lo iba a decir. ¿Yo? Lo que menos pensaba.
Pero así es y así ha sido desde un principio. Puede que no sea entendible para
todo el mundo y que entro en un “universo” en los que cada día hay que luchar
un poco (por no decir un mucho) por seguir adelante. ¿Quién me iba a decir a mí
que no era un príncipe el que yo buscaba? ¿Quién me iba a decir que lo bueno
llega cuando menos lo esperamos? Y por último, ¿quién me iba a decir que fuera
la mejor cosa que me hubiera pasado?
No obstante
es difícil. Intento seguir adelante, mantenerme fuerte, con una sonrisa, pero
no os miento si os digo que me gustaría liberarme. Totalmente. Sí, ya sé que me
diréis: “Si ahora estás muy bien, como estás…”. Lo malo es que cada día lucho
conmigo misma para intentar seguir, pero algo me dice que esto no puedo seguir
así. Llamadme egoísta, impulsiva o lo que sea, pero a veces siento que el mundo
se me derrumba. E intento que nadie salga herido, porque entonces ya no podría
con nada. Intento solucionarlo un poco sola, también un poco para demostrar mi
capacidad de razonamiento o de salir independiente de una situación. Porque
cuando, crezca, me independizaré y tendré que arreglar yo sola mis problemas,
no puedo esperar que otros lo hagan por mi. Y, ¿sabéis? Al principio me daba un
poco miedo crecer, madurar. Pero ahora es lo que más deseo en el mundo. Para
poder seguir con mi vida, para que nadie logre manipular (cosa que es bastante
difícil), para poder crecer como persona y demostrarle a la gente que más
quiero, a mis seres queridos, que soy feliz como soy y que siempre voy a luchar
por aprender algo de este fatídico aunque encantador mundo, que lograré salir
de esa oscuridad en la que me encierro, de la que tengo tanto miedo de que
salga, lucharé con ella y saldré a la luz del sol. Por eso, muchas veces, estoy
un poco agresiva, tan sin ganas de hacer nada, tan inmersa en mi mundo, tan
pasiva. No puedo dejar que mi mejor “yo” se quede escondido en un rincón. Más
concretamente, un armario. Un armario en el que las puertas se quedan sin
espacio, un armario en el que falta la respiración, sin huecos donde poder
acoplarse… donde miro esa oscuridad que me atrapa lenta y certeramente y
pienso: “¿Cuándo volveré a la
felicidad?”” ¿Por qué me destruye tanto?”.
Combato.
Combato por salir. Pero tengo miedo. De la sociedad. Pero no voy a seguir
escondiéndome. ¿Qué sentido tiene? Ninguno. Por más que trato de anotar mentalmente
los pros y los contras razonablemente, no me salen demasiados contras. Sí, mi
familia lo sabe y me acepta, así que algo bueno hay, dos de mis amigos lo saben
y me aceptan, así que tal vez solo sea un producto de mi imaginación. Quizá me
creo que no me van a aceptar y luego todo sale a las mil maravillas. Pero si
los perdiera, sí me dolería, pero si no son amigos verdaderos, ¿de que vale
tenerlos si no te aceptan como realmente eres tú? Sigamos. La familia
(enteramente a toda mi familia). Si realmente me tienen el aprecio, el cariño y
el respeto que me han demostrado durante estos años, seguiremos como una
familia fuerte, pero si se estropea, pues bueno… habrá que dejarles tiempo
hasta que lo asimilen. Y si no lo asimilan, pues bueno, yo les seguiré queriendo y cuando me necesiten,
pues estaré allí. Porque es que lo mío no se trata de ser buena o mala,
no; de hecho, es que no tiene nada que
ver. Ni pincha ni corta (perdonad la expresión, pero es verdad). Yo tampoco
digo que me tengan que querer más que antes, no, ni estoy buscando que alguno o
alguna me diga: “Yo también lo soy”. Obviamente, si alguien me lo dijera, pues
estaría con él o con ella, quizá no dándole una clase (porque no), pero estaría
para apoyarle o apoyarla y si está triste, consolarle. E incluso ayudarle en lo
que pudiese. Porque lo comprendería. Porque sentiría empatía hacia esa persona.
Y no la dejaría sola. Nunca se debe dejar a una familia o a un amigo solos. Es
en esas situaciones, donde se define una persona. No es necesario darle un
discurso conmovedor (hombre, si te sale en ese momento, le consolaría
bastante), pero son las pequeñas cosas lo que hacen una gran persona. Vaya, me
he ido demasiado por las ramas, otra vez. Me pasa demasiado, escribo y escribo
todo lo que me sale del corazón, todo lo que pienso. Es una cosa…
Escribir es una cosa
de las cosas que me ha hecho ser como soy. Es casi como mi receta médica.
Cuando estoy triste, escribo, y casi instantáneamente, se me va y cuando estoy
feliz, me sube todavía más el ánimo. Aunque es cierto que no he ganado muchos
concursos, yo nunca me rindo, porque es lo que más me gusta y aunque no gane,
bueno, al menos he liberado tensiones.
¿Por dónde iba? ¡Ah sí! Decía que no podía seguir
escondiéndome, porque entonces perdería a la persona que más amo en el mundo y
no, no lo hago por eso, porque ella me ha dicho que lo diga cuando esté
preparada, pero siento que ha llegado el momento. O que llegará.
Desgraciadamente,
sé que no todos lo entenderán Habrá gente que me acepte, habrá otra que me
abandonará. En fin… Que yo solo quiero salir. Estar libre, liberada. Más aún.
Llamadme ambiciosa por quererlo, pero es una necesidad como cualquier otra. Y
aunque tenga que seguir luchando, aunque la gente me desprecie, aunque la gente
me insulte, sabré que podré ser FELIZ siendo quién soy. Porque, hablando claro, toda mi vida (o
buena, una porción) me han marginado, y he podido sobrevivir, así que si en
esos momentos he podido, ¿por qué no ahora? Nada de lo que ocurra después me va
a dar miedo. He decidido ser valiente y ser FELIZ y si tengo que sacrificarme,
morir, que me torturen por lo que soy o por mi pareja, pues lo haré. He
decidido alejar de mi vida esos miedos que me oprimían. Porque yo lo único que
quiero es darle una patada a ese ya reducido armario y decir:
FIN
La entrada es maravillosa cielo...
ResponderEliminarNo te desesperes, tu puedes, eres perfecta cielo y ÚNICA
Sobre todo eres un sol y un cielo...
Tu puedes acuerdate :)
Mil besos!!
Alexa